Entre Mujeres. Día I

Mi papa y mi hermanito se fueron de vacaciones, tenemos la casa sola para nosotras durante diez días (para nosotras y los albañiles también). El domingo eramos todas mujeres, menos el novio de mi hermana, fue el hombre de la casa por unas horas. Esa noche voy a lo de Mica (donde sueño con Adicta por segunda noche consecutiva).
Cuando vuelvo el lunes a la tarde mi mamá me reta porque no le avise que no comí y son las cuatro de la tarde, no tiene nada para hacer. Me ofendo, porque yo soy así, me enojo por todo, aunque sea mi culpa y no la de ella. El albañil esta en el camino de la cocina y lo molesto como cuatro veces, porque quería entrar y salir. Como y leo (el libro que me provoca escribir asi como estoy escribiendo hoy), mamá me cuenta que hablo con mi hermanito y que nos compro muchos recuerdos en Santa Fe y Parana, dijo que estaba re contento. A la tarde vamos a visitar a mis abuelos, veo a mi ex perro, que vive con ellos desde que tengo siete años, mas o menos. Esta hecho un cerdo, encima es chiquito, parece deforme, jaja. Volvemos en un remis que manejaba una señora que no tenia voz (supuse que era por el cigarrillo) y el auto estaba en tan mal estado que me daba miedo que explotara mientras hacíamos nuestro corto viaje. Hacia mucho ruido y estábamos sentadas en una manta, no encima del asiento. La acompaño a comprar comida para la noche y compra poca comida. Cierto, me había olvidado que eramos solo tres. Comemos en paz, tranquilas, esta bueno estar solas (aunque los extrañe un montón, soy familiera). Me quedo hasta tarde en la pc sin que nadie me moleste por querer usarla.
Hoy me despierto a la tarde, sin gritos de mi papá porque mi mamá no pago el teléfono, ni con gritos de mi mamá porque mi papá no se llevo los cuadros, ni con pelotazos de mi hermano. Me despierto con el taladro del albañil. Esta bueno dormir sola en mi cama después de tres o cuatro meses de compartirla con mi hermano (no tiene habitación el pobre, porque estamos en obra en mi casa (desde abril) y todavía no tiene cuarto). No extraño que me patee, pero lo extraño a el y a sus cubos mágicos.